Dulces recuerdos, los que tengo de mi abuela cocinando. El olor fragante que salía de esa cocina diminuta pero llena de ella. Los fideos caseros, los pancitos de manteca, y sobre todo, las tartas de manzana o de ciruelas. Pero lo más especial, que todo nieto esperaba y devoraba, eran las galletitas con trocitos de chocolate (en esa época no se llamaban chips de chocolate). Suaves, dulces y un dejo salado, y el chocolate en trozos grandes que se fundía en la boca. Siempre estabamos a la búsqueda de la que tenga el chocolate más grande y así, no duraban mucho en el plato.
Estas galletitas eran muy esperadas la mañana que comenzaba el viaje de las vacaciones de verano. Antes de tomar la ruta, la última parada era la casa de los abuelos. Y con los besos de despedida venía una bolsa enorme de estas galletitas, que convertíamos en un segundo desayuno, y nunca llegaban a destino.
La receta está como la original, en las mismas cantidades, no en gramos, y aproveché para aggiornarla, incorporarle el crocante de los nibs de cacao que la hace muy atractiva al paladar, además de más aromática.
Es la torta "Concorde"