Mermelada de pera, cardamomo y jengibre

Las tardes de verano parece que ya se están yendo de Buenos Aires, y empiezan a aparecer las ganas de tomar té, mirando una película en el sillón con una manta sobre las piernas. Aunque me gustaría acompañarlo con un rico budín no es lo que siempre abunda en nuestra casa, la mermelada aparece como la mejor opción, además del infaltable dulce de leche.

Siempre hay una mermelada simple, tranqui, una más interesante, como ahora hay una de cascaritas de naranja y estaba con ganas de algo diferente.

Siempre estoy en la búsqueda de nuevas ideas, nuevos sabores y combinaciones, por eso me gusta usar especias, hierbas y frutas desecadas para darle una nueva dimensión a los sabores dulces. Admito que a veces me aburro rápido, pero viéndolo por el lado positivo, tengo un espíritu curioso y aventurero. Pero basta de mí.
Se terminó el verano y todavía quedan peras con buena pinta* en las verdulerías y la verdad que no las aproveché mucho este año.

Por eso, con ganas de todo esto, preparamos (Emi y yo) una mermelada de peras y especias, sin receta (algo imposible para mí alma química) que quedó increíblemente rica. No creo que dure mucho.

Mermelada de peras, cardamomo y jengibre
Peras 1 kg
Azúcar 700 gr
Cardamomo entero 6 semillas
Jengibre en polvo 1/2 cdita

- Pelar las peras, cortarlas en trozos y poner en cacerola.
- Con una trozo de tela, tipo lienzo, hacer una bolsita con parte de las cáscaras y los centros de las peras.

- Agregarle en la cacerola el azúcar, las semillas de cardamomo, el jengibre y la bolsita con las cáscaras.

- Cocinar hasta que espesa, apróximadamente 1/2 hora, probando con un plato frío la densidad de la mermelada.
- Verter mientras está caliente en frascos esterilizados y ponerlos boca abajo.
- Al abrir el frasco, guardarlo en heladera.

(* Pinta: aspecto, en lenguaje coloquial)