Té londinense


¿Tiene sentido pagar 150 pesos argentinos por un té en Harrod's?
Obvio que para mí bolsillo, no. Y menos, cuando una se encuentra caminando por la ciudad con el Museo Bramah del té y el café. Está bien, no tiene el lujo de Harrod's o Fortnum & Mason, pero parece tradicional.

Tiene un salón con mesas, libros, venta de té y café. La entrada al museo es paga, por lo que sólo me dispuse a disfrutar el típico té. Elegí el cream tea a 7 libras (unos 35 pesos, todo es caro en Londres post devaluacion) y la velada fué acompañada de un pianista, very british, dandote a seleccionar el tema que prefieras, para hacer todavía más placentero el momento.


¿En que consistió el té? Tetera con agua caliente con el té en hebras elegido, lechera, taza, azucarera, un pequeño tamiz para el té, un relojito de arena para saber cuanto dejar infusionar el té, un torre de platos con mermelada casera de frutillas, por cierto deliciosa.
Además, un recipiente con clotted cream, dos scones con pasas calentitos a la temperatura justa, dulces, con gustito a limón, suaves que se desarman en la boca, más una porción de torta, en mi caso elegí una torta con relleno de crema de manteca y dulce de frutilla, tal vez un poco pesada y dulce para mi gusto, pero es algo común de los paises de esas latitudes con temperaturas bajas y de cuando a la gente no le importaba el colesterol, la bikini... y, además, otra tetera a medio llenar con agua caliente.


Mmm... ¿y ahora? No hay nadie que explique que se hace con tanta agua caliente. El menú viene con instrucciones y, en teoría, no hay problemas con el inglés. Pero parece que sí, algo se me escapa y, más o menos, hice cualquier cosa... por suerte no había nadie mirándome.




¿Qué es clotted cream? Es una crema espesa amarilla, que se hace calentando la leche sin pasteurizar y después dejandola decantar por varias horas. Durante este tiempo el contenido de grasa sube a la superficie. El contenido graso mínimo es del 55%, mucho más que el de la crema que utilizamos normalmente. El sabor es como el de la manteca, la textura es suave y aireada, y es muuy rica y dulce.

Viajar puede ser un problema para el que gusta de la buena comida, porque demuestra las falencias en nuestro país en cuanto a productos y materia prima. Esperemos que la demanda genere la oferta, y por ahí, es demasido pedir algo parecido a esto, pero podemos empezar por mejorar la calidad de los que tenemos.

Fué una experiencia muy placentera e inolvidable que probaría de regalársela a los amigos.


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