Oriol, macarrones y la vanguardia

El Sr. Oriol Balaguer (y por supuesto su equipo) no deja de sorprender, por lo menos a mí. En el sitio se puede ver toda la carta nueva de pasteles, con combinaciones más que sorprendentes. Hasta algunas suenan demasiado raras y de probar para creer.




Habiendo estado en el local que tiene en Barcelona, de corte absolutamente minimalista, pude probar algunas creaciones, hasta donde dió el bolsillo. Me senté en un banco en el parque más cercano para hacer la degustación lástima que faltó a la cita una cucharita para comer la mini. No importó mucho.
La minitorta de mousse de chocolate con leche con frambuesa no es nada extraño, de una terminación muy delicada, y por supuesto, el sabor es excelente, muy rica. La cubierta era de chocolate blanco pulverizado que le daba cierta crocancia.


Otra adquisición fueron los macarons de estilo parisino. Los compré sin preguntar el precio, craso error, que no volveré a repetir. Fueron los macarons más caros de mi vida, 12 euros, y además, teniendo en cuenta que la minitorta salió menos de la mitad, pareció más caro.


Ahora, lo único que podía solucionar el dolor del bolsillo era comerlos y que fueran excelentes.

Por suerte fué así, y los disfruté muchísimo. Chocolate con ganache de chocolate, frambuesa con ganache con frambuesa, ¿y el amarillo? Ahhh... fruta de la pasión! podría hacerme adicta a este sabor.
Que increíble, se siente verde, fresco, intenso, muy llamativo y difícil de olvidar. El relleno era del mismo sabor.

Oriol se debería de mudar más cerca... sino nos conformamos con un libraco de él.



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