Después de haber escuchado tanto de este lugar, estuve el viernes pasado, a pesar de leer que la atención era medio floja. Y me llevé una sorpresa.
Me senté en lo que tal vez fue el jardín de invierno de una casa antigua, tipo chorizo. Me pude imaginar a la señora de la casa baldeando el patio en una tarde calurosa, o la familia al lado del hogar en un domingo de invierno.
Me senté en lo que tal vez fue el jardín de invierno de una casa antigua, tipo chorizo. Me pude imaginar a la señora de la casa baldeando el patio en una tarde calurosa, o la familia al lado del hogar en un domingo de invierno.
Es así, Malvón busca mantener el aire porteño de los años 50s, con los muebles, vajilla, cuadros, pero adaptándose a lo que busca un porteño, o turista, cuando quiere comer hoy en día, comida internacional, norteamericana, francesa. Esto no tiene nada de malo, los argentinos estamos hechos de extranjeros, somos una mezcla de culturas.
Cuando entramos empezamos a ver las cosas ricas, se nos hace agua la boca, los panes, las tarteletas, galletitas y demás. Después hay tres ambientes donde sentarnos, el hogar, silloncitos, el jardín de invierno y el patio descubierto con plantas y más sillones.
La carta es amplia, la pueden chusmear en el sitio, tanto para el almuerzo, merienda, brunch o desayuno.
Con el calor de la tarde me llamó a pedir un smoothie passion, traduciendo es un licuado de helado de crema americana, maracuyá, jengibre y limón, si mal no recuerdo. Y lo acompañe con un muffin de banana, chocolate y nueces.
Muy ricos los dos.
A pesar de eso, pensaba merendar con mi mama en su casa, y pedí para llevar la tarta de limón y una porción de torta de zanahoria. Era una exageración de comida para una tarde, pero me tenté. Y en mi defensa tengo que decir que no comimos todo.
La tarta, de la que no quedó registro fotográfico, muy rica, ácida, untuosa y con la capita crocante de caramelo por encima. La torta de zanahorias, también deliciosa, con pasas de uva, y hecha en capas, con crema de man teca entre las capas. Nunca la vi hecha de esa manera, y me resultó un poco empalagosa la cantidad de manteca.
Realmente, no tuve la mala experiencia de la atención, es más, me atendieron dos y muy cordialmente.
Me sentí como en casa.
Antes de irme ya estaba pensando cuando podía volver.
Antes de irme ya estaba pensando cuando podía volver.
Malvón
Serrano 789, Villa Crespo,
Ciudad de Bs. As.,
Argentina
tel. 4774-2563
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